En el ámbito judicial existen unos procedimientos que se presentan muy complejos a la hora de las pruebas periciales; nos estamos refiriendo a los casos de violencia de género. En estos casos la existencia de este tipo de informes, entre ellos los sociales, se hace aún más necesario, si cabe, para valorar aspectos tales como el clima violento, la permanencia de las víctimas en la relación de abuso, las medidas a adoptar, etc. En múltiples ocasiones la víctima solo va a contar con el informe pericial para poder desvirtuar la presunción de inocencia del agresor, motivo por el que la calidad de este tipo de informes se convierte en una prueba de gran relevancia para el procedimiento judicial.

Debido al complejo fenómeno de la violencia de género, para peritar en estos casos debemos, como profesionales, tener una formación especializada. Debemos conocer el complejo fenómeno de esta violencia, las teorías que explican las actuaciones tanto de la víctima como del agresor, los factores que interrelacionan en este delito, la metodología de evaluación social forense, las medidas que se pueden adoptar, así como lo objetos periciales susceptibles de ser valorados desde el Trabajo Social. La falta de esta formación específica y especializada dificultará de manera importante nuestra labor forense y la realización de un buen informe pericial, restándole calidad y, por tanto, fuerza probatoria, al mismo.